Desinfectar es el proceso químico que elimina o mata  agentes patógenos y microorganismos como virus, bacterias y protozoos, impidiendo su crecimiento.

El resultado de la operación de desinfectar está limitado a los microorganismos presentes en el momento de la operación. Es decir, en la desinfección no solo hay que tener en cuenta la efectividad del desinfectante que utilicemos sino su perdurabilidad en el tiempo después de su aplicación.

El espectro completo de la acción de desinfectar incluye todas los efectos siguientes:

– Bactericida:  Elimina los microorganismos bacterianos.
– Fungicida: Elimina los hongos, levaduras…
– Virucida: Elimina los virus (gripe, rubeola, sida…)
– Sporicida: Elimina las esporas, elementos de origen vegetal.

Algunos desinfectantes conocidos son el alcohol, el cloro y otros componentes clorados, el agua oxigenada, el ácido peracético, los aldehydos, etc.
El componente con un espectro de desinfección más completo es el ácido peracético. El agua o la leche también se desinfectan hirviéndolas, por ejemplo.

Sobre la eficacia de un desinfectante:

La eficacia de un desinfectante está ligada a los siguientes parámetros:

  • La fórmula: la elección del producto desinfectante concreto nos permitirá conseguir mayor o menor espectro de actividad desinfectante.
  • La dosis de aplicación (mayor o menor concentración del producto desinfectante)
  • La cantidad aplicada a cada m2
  • El modo de aplicación.

Es aconsejable, antes de aplicar, conocer cuáles son los microorganismos a destruir, evaluar el riesgo en nuestra actividad de no llegar a desinfectar correctamente, tener en cuenta los parámetros del entorno ( temperatura, humedad…) y la superficie sobre las que están presentes los agentes patógenos.

Es necesario que el desinfectante actúe un mínimo de entre 5 y 15 minutos para conseguir la desinfección.

Más detalles sobre los PRODUCTOS DESINFECTANTES

Los compuestos Clorados:

El más conocido de esta familia es el Hipoclorito Sódico, comúnmente conocido como “lejía”.
Los compuestos clorados actúan por oxidación de las estructuras proteicas de la membrana celular de los microorganismos, destruyendo su permeabilidad selectiva. El inconveniente mayor que presentan es que son corrosivos.   Debe pues prestarse atención a la concentración más adecuada según sea la utilización.

Los compuestos oxigenados (libres de cloro)

El más conocido y económico es el agua oxigenada. Tiene la ventaja de no contener cloro, ser eficaz momentáneamente y ecológico (en su acción se descompone formando agua común). El inconveniente es que su acción no persiste en el tiempo.

El ácido peracético no es tan conocido como el agua oxigenada, pero es el desinfectante con mayor poder y espectro.
No es corrosivo con los metales.

Los Aldehydos 

El más conocido es el formaldehydo, o formol.
Actúan por desnaturalización de las proteínas y los ácidos nucleicos de los microoganismos.
El formol sin embargo, está en desuso para esta aplicación por estar catalogado en la lista de sustancias y preparaciones cancerígenas.

Los Alcoholes:

Los dos más utilizados son el etanol y el isopropanol o alcohol isopropílico. Tienen la ventaja de su baja toxicidad pero el inconveniente de su bajo espectro desinfectante. Sólo aconsejables como bactericidas.

Los amonios cuaternarios:

Su ventaja es la de no ser corrosivos en PH neutros. En cambio generan espumas, lo que en muchos casos limita su utilización. Otra desventaja es que su efecto esporicida es nulo.